Durante enero y febrero de 2021, el ciclo Culturas del rostro contó con la presencia de investigadores interdisciplinarios de distintas universidades de la región. Entre ellos, la Prof. Marita Soto estuvo a cargo de la presentación titulada "Rostros privados, retratos públicos". El ciclo es un proyecto organizado en el marco del proyecto ERC Consolidator FACETS - Face Aesthetics in Contemporary E-Technological Societies - desarrollado por las investigadoras post-doctorales de la Universidad de Turín Dra. Silvia Barbotto y Dra. Cristina Voto y en conjunto con el Investigador Principal del proyecto, el Prof. Massimo Leone.
“Mientras yo estaba dando clase por Zoom me di cuenta de que me estaba mirando. Eso mismo, llevado a una clase presencial, significaría el fin del lazo con lxs estudiantes”, explicó Soto que durante su presentación hizo referencia a la iconografía de las videoconferencias para reuniones remotas: las espacialidades múltiples online y el entramado de rostros en simultaneidad que se convencionalizó a partir de su masificación durante el año de la pandemia.
“Mientras yo estaba dando clase por Zoom me di cuenta de que me estaba mirando. Eso mismo, llevado a una clase presencial, significaría el fin del lazo con lxs estudiantes”.
En su conceptualización siguiendo los orígenes sobre el retrato y el espejo, la socia de Punctum sostuvo que estos dispositivos “son el camino para volver a pensar el problema de la mirada”, además de hacer referencia al trabajo de Ernst Gombrich, Omar Calabrese, Tzvetan Todorov, Paolo Fabbri, Eliseo Verón, Oscar Traversa y Oscar Steimberg y a la obra de Sabine Melchior-Bonnet y Salvador Dalí entre otros artistas. En relación a ellos, sostuvo que mientras que el retrato es entendido como una singularidad en situación y una relativa constancia fisonómica, el espejo es visto como un instrumento de adaptación social y de apropiación de lo íntimo, donde todo es acontecimiento y nada es memoria.
En relación a las videoconferencias, Marita Soto hizo referencia al juego figura fondo y las cadenas metonímicas, indicios e informaciones de la situación que aparecen en el entramado que impone la regularidad modular, “todo en una trama de pequeños recuadros, a la manera de un patchwork regular de documentos de identidad”. También observó que la ruptura de escala en esta ficción de la continuidad forma un entramado planimétrico en el que se introduce “la incerteza de la mirada”: se multiplica el fuera de campo, se pierden el juego de miradas, las luces y las sombras, el peso de los cuerpos, los modelados y los sonidos.
“Yo pensé que la pregunta que surgía era ¿Dónde está el otro?, pero la pregunta en realidad es ¿A quién miro?, ¿A quién creo mirar?, ¿Quién me mira? ¿Quién creo que me mira?”
“Yo pensé que la pregunta que surgía era ¿Dónde está el otro?, pero la pregunta en realidad es ¿A quién miro?, ¿A quién creo mirar?, ¿Quién me mira? ¿Quién creo que me mira?”, planteó la expositora. Las videoconferencias, en su opinión, mantienen la singularidad en situación del retrato y la circunstancialidad del espejo, mientras que lo que queda de ambos es la alusión al individuo.
Finalmente, en relación a las circunstancias particulares de sus clases, Marita Soto remarcó los debates que se han dado en el marco de la Universidad Nacional de las Artes cuando la pandemia hizo necesaria la introducción de las videconferencias y por ende la intrusión de cámaras en los espacios cotidianos de sus alumnxs. En su opinión, cada uno debe ser libre de poder mostrar lo que quiere o de no mostrar, dado que en estos contextos “la apropiación de la intimidad acecha”. Y fue el Profesor Massimo Leone, al cerrar el ciclo, quien remarcó que “todavía no tenemos códigos sobre cómo mirarnos en estos nuevos espacios, tenemos que reflexionar sobre cómo se construye la red de miradas en estas estructuras”.
Texto: Vanina Pikholc
Fotos: Julieta Steimberg
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