Uno de los mayores desafíos para la integración de mujeres y disidencias en ámbitos profesionales y la promoción de la equidad de género en la sociedad toda está ligado a su escasa participación en las disciplinas vinculadas a la industria – entre otras científicas y tecnológicas – comúnmente conocidas como STEAM/CTIM: Científicas, Tecnológicas, Ingenierías y Matemática.
Estas carreras han convocado tradicionalmente principalmente a varones y se encuentran en la base de las actividades productivas relacionadas con la energía y con la tierra.
Es por eso que, durante la última década, muchas instituciones no gubernamentales, empresas y también Estados han trabajado intensamente para promover el interés de más personas jóvenes en estudiarlas y desarrollarse profesionalmente en ellas. En ese sentido, las investigaciones recientes coinciden en que la participación de las mujeres sigue siendo escasa debido a la persistencia de estereotipos sobre cuáles son los roles adecuados para ellas en la sociedad, que perpetúan el orden establecido.
Para promover el interés de más mujeres en estas carreras, es necesario entender cómo estos estereotipos afectan a las mujeres jóvenes en la formación de sus vocaciones y en sus trayectorias académicas, así como en las de sus compañeros varones. También es fundamental estudiar la incidencia de los estereotipos de género en los imaginarios de futuro que las personas jóvenes poseen sobre sus profesiones.
Punctum desarrolló, junto a la Fundación YPF -que tiene entre sus objetivos centrales la promoción de las carreras universitarias orientadas a la industria de la energía- un estudio para entender los intereses y motivaciones de los y las estudiantes de estas carreras. A través del mismo, pueden entenderse mejor las diferencias sustantivas en los procesos de varones y mujeres a la hora de decidir estudiar estas carreras. En general las mujeres tienen más dudas y consideran otras opciones antes de decidirse. Sus percepciones sobre sus propias capacidades son limitantes en esta decisión. Además, cuando quieren consultar sobre esas dudas con su entorno e investigar el mundo laboral, suelen aparecer estereotipos de género que dificultan este proceso.
Es fundamental estudiar la incidencia de los estereotipos de género en los imaginarios de futuro que las personas jóvenes poseen sobre sus profesiones.
“En general, la construcción imaginaria que tienen de una persona graduada es la de un varón, al que su trabajo no le impide formar una familia, en un espacio laboral masculinizado”, explica Paula Magariños, una de las coordinadoras del estudio. En esas limitaciones, las tareas de cuidado -que se asumen responsabilidad única de las mujeres-, tienen un rol fundamental: Ellas entienden que compatibilizar ambos espacios será difícil. En cambio, los varones no incluyen sus expectativas familiares cuando piensan en su futuro laboral. En el espacio laboral imaginado, el profesional modelo es un varón. Se considera “natural” que haya pocas mujeres estudiando las carreras y se imagina que esto se reproducirá en el mundo del trabajo
Para enfrentar las dificultades frecuentes en estas carreras, las mujeres tienen limitaciones adicionales, afirma el estudio. El cuestionamiento personal para ellas es permanente y se asocian los obstáculos con la propia falta de talento. En los varones esto es entendido como una dificultad externa. “Ellos están seguros en general y aspiran a lograr insertarse laboralmente con éxito. Las mujeres presentan altos niveles de incertidumbre”, agrega Magariños. Carolina Steeb, otra de las integrantes del equipo coordinador, hace referencia a las diferencias en sus percepciones sobre el escenario laboral. “Mientras los varones se concentran en el futuro, aun cuando no tengan una idea muy clara sobre cómo llegarán, las mujeres se centran más en el presente y en lo que quisieran aprender y profundizar. El futuro laboral es bastante más difuso para ellas.”, afirma Steeb. Frente a las barreras y dudas, agrega, “el apoyo familiar, tanto en lo emocional como en lo económico, adquiere un rol fundamental”.
El 70% de las mujeres pensó en estudiar otras carreras y el 25% las empezó. Entre los varones, esta cifra desciende a 50% y 14%, respectivamente.
La investigación se realizó mediante una consulta con referentes expertas y expertos en educación y en la investigación y promoción de disciplinas STEAM y un relevamiento entre estudiantes de 1ero y 2do año a través de métodos cualitativos y cuantitativos, que contó con participación de más de 500, provenientes de 19 carreras y de 23 universidades públicas y privadas de todo el país. Sus resultados invitan a seguir profundizando en el debate sobre las condiciones de promoción de la participación de las mujeres en las disciplinas STEAM/CTIM y postulan como desafíos de inclusión el visibilizar las oportunidades para varones y mujeres en el entorno laboral, el impulso a su confianza en sus propias habilidades y la idea de un entorno laboral posible en el que se valoricen sus roles profesionales.
Texto: Vanina Pikholc.
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